SOBRE MÍ

tu fotógrafa en Paris


Una de las cosas más bonitas de ser fotógrafa en Paris, es conocer a personas tan lindas de todo el mundo, que llegan a la Ciudad de la Luz y confían en mí para hacer posible el mejor souvenir de su vida.


A ustedes, solo puedo agradecerles el formar parte de este gran sueño de capturar recuerdos que atesoren por el resto de su vida.



¿Hablar de uno mismo?


No mentiré, en un inicio me resultó un poco raro contarles de mí. Y luego pensé, una de las cosas que más me motiva en las sesiones de fotos, son los encuentros que hago con cada uno de ustedes. Me encanta conocerlos, escucharlos y que me cuenten sus vidas. Así que, ¿por qué debería sentirme intimidada? Es momento de devolver la confianza depositada y abrir esta página de mi historia para ustedes.

Mi nombre es Ximena y soy mexicana. Vengo de una cuidad muy pequeña, conocida por su buen café: Córdoba, Veracruz, en donde viví hasta los 19 años. Fue ahí donde descubrí lo que tanto amaría hacer, la fotografía.


Desde pequeña me preguntaban, ¿qué quieres ser de grande? Para ser honesta, no tenía idea de qué quería hacer, pero lo que sí sabía, es que deseaba ser feliz.


Mientras la mayoría de mis compañeros de clase ya habían decidido qué estudiar, a mí me frustraba el hecho de no poder hacer una elección. Con tantos oficios que existen, creo que no es una cuestión a plantearte cuando eres tan joven. Y aunque yo siempre hablaba de hacer fotografías, tenía mucho miedo de los prejuicios, de lo que dirían mis padres o de cómo podría «vivir de ello» algún día.


Recuerdo la primera vez que sujeté una cámara. Ahí empezó todo.


Todo me parecía extraño, no terminaba de comprender el funcionamiento de ese aparato, ni siquiera sabía qué botón apretar, pero hacerlo me encantaba. Poco a poco mi curiosidad e interés aumentaron al punto de no poder dormir, investigando y experimentando todo acerca de este mundo. Me volví adicta a la fotografía. Me hacia olvidarme de todo, ¡y me sentía tan bien!


Hubo momentos difíciles. Recuerdo cuando mi padre me dijo, ”que todo pasaba por algo” y “que dejara de forzar las cosas”. Burlándose también dijo, “¿ser fotógrafa? Mejor ven a trabajar de verdad”. Ese fue el primer instante donde tuve una negativa a mi deseo y decisión de vivir en Francia. Sin embargo, circunstancias como esta fueron las que me dieron más fuerza y motivación de demostrar que soy capaz de poder lograrlo por mis propios medios.


Durante mucho tiempo me debatí entre la idea de continuar en el ambiente en el que me desenvolvía, o la de salir a buscar la inspiración que me faltaba. Estos cuestionamientos me llevaron a tomar la decisión más importante de mi vida hasta ahora.


Con la fotografía convertida en mi pasión, sabía que era la elección correcta para dedicar toda mi vida. Era lo que me hacia feliz y, en consecuencia, a aquellos a mi alrededor. Logré saber que era capaz de mucho, que realmente a la gente le gustaba mi trabajo y que eso era suficiente para hacer realidad mi sueño de vivir de lo que más me apasionaba. Así que seguí mi camino con un objetivo claro, no dando peso a los momentos difíciles.


Gracias a un par de viajes escolares que había hecho años anteriores, comprobé que Francia era el país indicado para mí. Quedé fascinada de sus tantos museos de arte, galerías fotográficas, exposiciones, bibliotecas gigantes con libros de mis fotógrafos favoritos. Encontraba inspiración en cada una de sus calles, era exactamente donde yo quería pasar mi vida. Rodeada de tanta arte, cultura e inspiración, ME SENTÍA COMO UN PEZ EN EL AGUA. De regreso del último viaje, me inscribí a clases de francés en la escuela y tanta fue mi motivación que yo ya era la niña a la que le copiaban en el examen.


Confíe en mí, sabía que tenía las herramientas y motivaciones suficientes para hacerlo de una manera única y profesional que lograra distinguirme. Tanto luché, que conseguí ser fotógrafa en la cuidad de mis sueños, París.



¿Y cómo logré vivir mi sueño de mi pasión?


Es una pregunta que todos me hacen y ahora puedo responder libremente: con mucha constancia, paciencia y dedicación.

Confieso que, como muchas chicas, llegué queriendo vivir el cliché francés, aunque sin presupuesto y sin ayuda de mis padres, fue muy complicado en un inicio.


Para empezar, busqué todas las opciones para las posibilidades económicas de una niña de 19 años: becas, trabajos y alojamientos para estudiantes. Tenía tanto miedo de estar sola en una cuidad donde no conocía a nadie y con mi mamá a 12 horas de vuelo, pero estaba decidida.


Aunque ya había iniciado con el francés, todavía necesitaba mejorarlo para poder entrar a una escuela. Así que me atreví a vivir con una familia francesa y cuidar a sus niños, hacerle de chofer y, claro, limpiar baños mientras mejoraba el idioma. Todo esto con el objetivo de certificar mi nivel y postular dos años después en una universidad francesa. Mientras hacia todo esto, no dejé la fotografía y aprendía de la mejor cuidad.


Dicho y hecho, esos dos años se me hicieron eternos (gracias, COVID), pero fui admitida en la universidad para empezar mis estudios en Artes Plásticas.


Por supuesto, nada de esto hubiera sido posible con todo el apoyo que ustedes depositan su confianza en mí y en mi trabajo. Les agradezco de corazón por ayudarme a cumplir mi sueño.

Ahora, después de tres años, ya casi dos de ellos haciendo estudios en Artes y muchos cursos de fotografía en París, les digo que nada es fácil, pero sí es posible.


Con la perspectiva de todo lo que he pasado, ciertamente les puedo decir que la fotografía me ha dado mucho. Me hizo aprender dos idiomas más para poder comunicarme, me hizo quitarme muchos miedos. Me liberó y me ayudó a confiar más en mí, en mis deseos y motivaciones, permitiéndome ser más sociable, viajar y, sobre todo, permitirme y disfrutar ser feliz.


Cuando algo es lo suficientemente importante para ti, lo haces incluso si las probabilidades de que salga bien no te acompañan, o no tienes a nadie que te apoye. El único modo de hacer un gran trabajo es amar lo que haces.


Teniendo ahora 23 años y creciendo en mi carrera como artista y emprendedora, les quiero decir que todo lo que hagas hoy, se reflejará en tu futuro. Y no hay nada más satisfactorio que verte a ti mismo cumpliendo tus sueños.


A veces hay que sacrificar muchas cosas si quieres llegar a un objetivo y, en mi experiencia, estoy totalmente contenta de haberlo hecho.

Si querían conocer un poco más de mí y de mi carrera, creo que llegando hasta este punto así que, ¡muchas gracias por leerme!


¡Y sí! Soy una joven artista, viviendo en París, que hará que su pasión forme parte de tus recuerdos de una manera única.


Atte .Tu fotógtafa en París